El museo tiene como principal objetivo mostrar la vivencia religiosa que se experimenta en el marco de un patrimonio comunitario que genera marca esencial en la identidad del hombre y la mujer del Norte Grande. La estructuración de la museografía se encuentra en relación a este objetivo central, considerando el desafío que significa la instalación del museo dentro del espacio sagrado del templo y relatar una vivencia religiosa que constituye fundamentalmente un patrimonio inmaterial. Por otro lado, la museografía está orientada a dialogar con dos tipos de personas: Las que forman parte de la comunidad “propietaria vivencial” del patrimonio y aquellas personas que acuden al santuario y que pertenecen a un territorio cultural distinto. 

El desafío del lenguaje narrativo del museo comprende una selección de objetos que poseen un carácter “testimonial” de la vivencia religiosa, donde lo importante es su valor simbólico que permite ser reconocido en torno a una expresión específica de la experiencia religiosa. De esta forma, con el fin de potenciar la transmisión al visitante de una experiencia intangible, se ha utilizado una banda sonora que acompaña el recorrido, como también de pantallas con fotografías y videos de momentos festivos.  

La museografía plantea un “recorrido” que, desde elementos patrimoniales tangibles pueda relatarse el tesoro del patrimonio religioso inmaterial.  Por lo tanto, la exhibición es algo más que “objetos”: constituyen “relatos testimoniales” de la experiencia de fe de la comunidad patrimonial nortina. 

El museo tiene como principal objetivo mostrar la vivencia religiosa que se experimenta en el marco de un patrimonio comunitario que genera marca esencial en la identidad del hombre y la mujer del Norte Grande. La estructuración de la museografía se encuentra en relación a este objetivo central, considerando el desafío que significa la instalación del museo dentro del espacio sagrado del templo y relatar una vivencia religiosa que constituye fundamentalmente un patrimonio inmaterial. Por otro lado, la museografía está orientada a dialogar con dos tipos de personas: Las que forman parte de la comunidad “propietaria vivencial” del patrimonio y aquellas personas que acuden al santuario y que pertenecen a un territorio cultural distinto.

El desafío del lenguaje narrativo del museo implicó una selección de objetos que tuvieran un carácter “testimonial” de la vivencia religiosa, donde el principal del objeto es por valor simbólico, que permite ser reconocido en torno a una expresión específica de la experiencia religiosa. Asimismo, con el fin de potenciar la búsqueda de transmitir al visitante una experiencia intangible, se ha utilizado una banda sonora que acompaña el recorrido, como también de pantallas con fotografías y videos de momentos festivos.

La museografía plantea un “recorrido” que, desde elementos patrimoniales tangibles pueda relatarse el tesoro del patrimonio religioso inmaterial.  Por lo tanto, la exhibición es algo más que “objetos”: constituyen “relatos testimoniales” de la experiencia de fe de la comunidad patrimonial nortina. 

La museografía plantea un “recorrido” que desde elementos patrimoniales tangibles pueda relatarse el tesoro del patrimonio religioso intangible. Lo que se exhibe es más que un “objeto”, constituyen “relatos testimoniales” de la experiencia de fe de una comunidad.

El relato está desarrollado en siete momentos temáticos que permiten dar una mirada de lo que es la vivencia religiosa del Norte Grande.
Estos son:

  • 1.- Raíces de la ritualidad del Norte
  • 2.- Cultura de los Bailes Religiosos del Norte Grande
  • 3.- Cultura religiosa de los Bailes de Pastores
  • 4.- La belleza del arte y el culto
  • 5.- Tradiciones y costumbres del santuario
  • 6.- La Fiesta de la Virgen
  • 7.- Patrimonio devocional

El recorrido se complementa con la cripta del santuario (bajo el altar mayor) que guarda la imagen peregrina de la Virgen y la sala de trajes, que muestra los diversos tipos de danzas y vestimentas de los Bailes Religiosos que asisten a la fiesta.